La bola y el troll

Publicado: 08/08/2010 en Noruega

¡Hola de nuevo! Tal y como estaba previsto, hoy hemos cubierto la distancia que separa Trondheim de Andelsness. Por el camino vimos paisajes tan bonitos como este:

Durante el camino nos detuvimos a comer en las inmediaciones de un complejo hotelero con cabañitas y mucho césped y Alex y yo nos pusimos a jugar a las palas.

Hete aquí que, en una de estas, se nos quedó la pelotita dichosa en las ramas de un árbol. No podéis ni imaginar la que montamos para recuperar la pelotita, porque ni siquiera veíamos en qué rama estaba. Primero nos subimos a una escalerita de mano que llevamos en el coche y sacudimos las ramas con un palo. Como no había forma, fuimos al hotel a pedir ayuda y poco menos que nos mandaron a la porra. Entonces, mangamos una escalera de tres metros de alto, pero estaba muy inestable y no nos atrevimos a subir. Luego (tras devolver la escalera), probamos a tirar piedras a las ramas y cayeron todas las piñas del árbol, pero no apareció la pelotita. Siguiendo la interpretación de mi compañera Martix, empezaba a suponer que un troll se la habría llevado.

Cuando nos íbamos a marchar, las niñas vieron una ardilla y se entretuvieron con ella, lo que nos permitió hacer un último intento. Entonces, in extremis, Alex vio la pelota y yo la hice caer con el pelouro. Menuda aventura, la bola en el árbol…

Cuando llegamos al cámping, dejamos las cosas en la cabañita (ya llevamos tantas cabañas que las confundimos todas unas con otras). Y entonces, nos fuimos a hacer la famosa subida de Trollstigen (la carretera del Troll). Se trata de una carretera de 13 kms que sube por un valle hasta lo alto de una montaña gigantesca, en donde hay un mirador. Es tan espectacular que es mejor que veáis las fotos para poder haceros a la idea:

Es el sitio turístico más visitado de Noruega, con 800.000 visitantes por año. Fotito del grupo en el mirador, después de serpentear por la carretera arriba:

En el complejo para turistas que había en el mirador encontramos una tienda que vendía trolls pequeñitos. Dicen que abundan por aquí los trolls, y que se llevan a los políticos de la Consellería de Educación y no aparecen nunca más…

Los bosques de los alrededores, espectaculares. Breathtaking…

Parecía que iba a salir Frodo, del Señor de los Anillos, de detrás de cualquier piedra:

Y qué lago tan soberbio:

Mañana nos quedamos por aquí para hacer una ruta de senderismo por las inmediaciones. Seguro que las fotos son tan bonitas como estas, y estaré encantado de enseñároslas.

Un abrazo a todos.

Evaristo el Listo.

Trondheim

Publicado: 07/08/2010 en Noruega

Hola de nuevo. Aquí tenéis mi segunda entrada del día, esta vez con fotos fresquitas. Aquí un mapita para que veáis en donde estamos:

Como ya os he dicho, Trondheim es la segunda o tercera ciudad noruega por importancia, tras Oslo. Parece ser que antiguamente era la capital del país y todavía hoy los reyes vienen a pasar unos días al año a la ciudad. Es una ciudad encantadora, con un casco antiguo muy bonito, casas preciosas y con un ambiente fenomenal. Nos hemos venido de vuelta al cámping con algo de pena porque había un ambientazo en el centro espectacular.

Pero mañana arrancamos tempranito, para llegar pronto a Andalsness y poder empezar a ver por fin las cosas que nos hemos propuesto. Nos ha llevado una semanita bajar desde el Cabo Norte, pero por fin estamos a las puertas de ver más cosas bonitas. Como ya estamos al sur del Círculo Polar Ártico, ya se vuelve a hacer de noche. Eso sí, os diré que a las once y media de la noche todavía queda algo de luz, y hacia la una de la mañana ya vuelve a amanecer. Así que poca diferencia hay, todavía. Aquí tenéis nuestra rutita de mañana:

Hoy por la mañana he vuelto a ir a la piscina. Esta vez me acompañó Mari. Ahora ya me encuentro mucho mejor de la espalda. Además, hemos aprovechado para reservar el ferry Oslo – Kiel y evitarnos así volver a pasar por Dinamarca. Contamos con estar de vuelta en casa el día 24. Antes de ayer, viniendo para Trondheim, tuvimos oportunidad de detenernos a ver unas cataratas muy bonitas. Como no os enseñé la foto, lo hago ahora:

En cuanto a Trondheim, que sepáis que hay orinales libres en la calle (por si estáis por aquí un día y tenéis un apretón):

Estuvimos en una iglesia protestante que me encantó. A diferencia de las iglesias católicas, esta tenía una distribución menos jerárquica: no había un altar para el sacerdote, de tal forma que éste se coloca al mismo nivel que los fieles al dar la misa. Además, la particular disposición de los bancos sugiere que se celebra misa más que se oye. Y en cuanto a la ornamentación, es mucho menos ostentosa que en las iglesias católicas.

Y finalmente, nos llamó muchísimo la atención que en la parte de atrás hubiera un mostrador y unas mesas tipo cafetería, con café, té y pastas gratis para quien quisiera servirse. Sobre una mesita, diferentes versiones de la Biblia, algunas de ellas comentadas y otras en idiomas diferentes, para que todo el mundo las pueda leer. Muy distinto del mundo católico, en el que muy pocos leen la Biblia sino a través de la interpretación del cura. Y si la misa es en latín y no se entiende, mejor. El de Redes, que entiende mucho de esto, a lo mejor me quiere corregir o dar más información a través de un comentario; es bienvenido… jeje.  Mirad qué foto:

Una panorámica del centro histórico de la ciudad, con el canal y las casitas pintadas de colores:

La ciudad es famosa por sus plantaciones de “grandes nabos”:

(es broma). Mirad qué casa más bonita:

Y ¿qué me decís de esta panorámica desde la fortaleza de la ciudad? Eso sí, la fortaleza no vale ni dos duros, en nuestra opinión. Pero las vistas son preciosas:

Para cenar, nos fuimos a un restaurante que nos habían recomendado, a comer carne de reno. Allí nos atendió una chica en español, y nos dijo que había estado varias veces en España. Ya es la segunda vez que nos pasa eso hoy, porque en un pub nos sirvió unas cervezas otra chica que también hablaba español. Ambas nos contaron que lo estudiaron en el colegio.

Nuestra carne de reno:

No se os ocurra pedir una cerveza en Noruega. Cada vez que lo hacemos, pagamos una media de 8 a 10 euros. Y la piscina cuesta 17 (menos a Mari, que le cobraron la mitad por ser estudiante… grrrr).

Mañana, más. På gjensyn!!! (“Hasta la vista”, en noruego)

De ruta

Publicado: 07/08/2010 en Noruega

Hola de nuevo. Antes de ayer no me pude conectar a Internet porque dormimos en una cabaña pequeñita que no tenía wifi. Y ayer, por fin, llegamos a Trondheim, que es la segunda o tercera ciudad de Noruega. Como es una ciudad más o menos grande, salimos a cenar y llegamos tarde. De ahí que tampoco ayer me dedicara a escribir.

Ayer estuve en la piscina mientras los demás se dedicaban a conocer la ciudad. Alejandro estuvo en una misa en noruego para turistas con música gregoriana. Las chicas estuvieron de compras y haciendo turismo. No tengo mucho tiempo para escribir ahora y tampoco hemos visto cosas espectaculares, así que no os voy a enseñar ninguna foto de momento. A ver si hago fotos de Trondheim hoy y os las enseño por la noche.

De hecho, estamos en ruta y no hay nada realmente interesante que mostrar. Hemos cumplido nuestro objetivo de visitar Laponia y el Cabo Norte y ahora nos dirigimos al sur de Noruega, que es la parte más interesante a nivel de fiordos, glaciares y paisajes bonitos. Y entre una cosa y la otra median 2.000 kilómetros que estamos haciendo en seis o siete etapas en los que no hay gran cosa que contar.

En este preciso instante estamos poniendo una lavadora de 10 kilos (con la ropa de los cuatro, evidentemente) y desayunando tranquilamente. Ahora voy a volver a la piscina (me molesta la espalda otra vez) y después estamos considerando la posibilidad de ir a cenar carne de reno, que como imaginaréis es típica de por aquí.

Mañana salimos para Alesund y entonces habremos alcanzado la parte de Noruega que queremos ver ahora. Tenemos pensado hacer un crucerito por un fiordo, visitar un glaciar y subir a Prekestolen, la pared vertical más alta de Europa. Vamos a hacer fotos soberbias (y espero enseñároslas en este blog, claro está). Después iremos a Oslo, en donde meteremos el coche en un ferry en dirección a Kiel, Alemania. De allí iremos a Ámsterdam, en donde Alejandro se cogerá un avión a Santiago. Y los que quedamos, pondremos rumbo a París, en donde espero visitar a mi familia.

Un saludocho y a ver si os traigo fotos frescas por la noche. Si no, mañana.

Evaristo el listo.

Piscina en Bodo

Publicado: 04/08/2010 en Noruega

¡Hola! Continuamos bajando por la costa noruega. Hoy nos hemos separado: Alejandro y yo nos hemos ido a la piscina en la ciudad de Bodo, mientras Mari y F. se dedicaban a hacer turismo. Después nos metimos en la carretera, siempre hacia el sur. Esta ha sido nuestra ruta de hoy:

Esto es más o menos lo que llevamos hecho hasta ahora:

Aquí tenéis a F. en Bodo. Me acaba de pasar la foto ahora mismito; está recién salida del horno:

Y aquí me tenéis a mí. Para que veais que yo también duermo en el coche:

Hacia la media tarde hemos traspasado de nuevo el Círculo Polar Ártico. Esta vez no tenían un complejo tan turístico como en Finlandia; apenas un chiringuito con restaurante y baños y una pequeña estátua. Ni siquiera había línea trazada en el suelo marcando el Círculo. Aún así nos detuvimos un rato a hacer unas fotos y tomar un refresco. En la tienda tenían unos renos disecados:

En esta foto podéis ver a las niñas haciendo una montaña de piedrecitas en el Círculo Polar. Cada un pasa o tempo como pode:

El paisaje cambió bruscamente a lo largo de los 300 kilómetros que recorrimos. A veces nos encontramos atravesando bosques frondosos con ríos, lagos, etc. y otras hemos visto paisajes casi lunares. En las montañas siempre hay nieve. Durante el viaje ha habido momentos de lluvia, tormenta y sol. Andamos sobre los 10-12 grados centrígrados. Visto lo visto, ahora entiendo por qué España se llena de turistas escandinavos durante el verano. ¡¡Aquí no hay quien pare!! Y eso que es verano. No quiero ni pensar cómo será el invierno por estos pagos. Hay nieve en pleno mes de agosto:

Mañana más. Un abrazo a todos.

Evaristo el Listo.

Lluvia y frío en Straumen

Publicado: 03/08/2010 en Laponia

¡Hola de nuevo! Volvemos a la normalidad: ¡habemus wifi! Por lo menos en el ordenador de Alejandro. A veces funciona en uno, otras en el otro, otras en los dos… esto de la conexión a Internet es un auténtico misterio. Menos mal que nos trajimos dos ultraportátiles… dos mejor que uno.

Hoy no tengo mucho que contar; no ha sido un día especialmente emocionante. Antes de dejar Narvik, nos subimos a un mirador en el que había un géiser. Desgraciadamente, sólo se podía ver a ciertas horas, y nos tuvimos que marchar sin verlo. Pusimos proa a un pueblecito llamado Straumen, a 60 kilómetros de la ciudad de Bodo. Allí hay una piscina pública por la que pasaremos mañana para ejercitar la espalda. Aquí tenéis nuestra ruta de hoy (de B a A):

Como soy flojito de la espalda, procuré ir a la piscina todo lo que pude: en Copenhague, Estocolmo y Rovaniemi. No fui más porque me costó un riñón encontrar piscinas, aunque parezca increíble. En la mayoría de los pueblos pequeños no las hay, o están cerradas, o tienen unos horarios imposibles

En Rovaniemi (Laponia finlandesa) nos llamaron la atención por usar un bañador tipo short, pero en cambio no era obligatorio el uso del gorro y te ibas comiendo pelos de todo el mundo mientras nadabas… tanta higiene para unas cosas, pero para otras…

He de decir que tengo controlado el dolor de espalda, entre piscinas y ejercicios, además de que hemos limitado a 4 el número máximo de horas por día en el coche. Ahora vuelvo a conducir, pero mis compañeros me auxilian, excepto Mari, que no se atreve mucho a coger el coche porque no tiene experiencia, aunque sí tiene el carnet. Coco sigue vigilando el coche con mucho celo:

Un paisaje de regalo. Hicimos la foto en una parada que hicimos. En este país, en cualquier esquina te encuentras un río, un lago o un fiordo espectacular. Ya nos aburren tanto los paisajes bonitos que casi ni hacemos fotos:

Este es nuestro cámping de hoy:

¡¡Hasta mañana!!

El Cabo Norte

Publicado: 02/08/2010 en Laponia

¡¡Hola a todos!! Es un auténtico placer volver a estar sentado frente al blog escribiéndoos después de tantos días sin poder dar noticias. El viernes 30, tal y como estaba previsto, llegamos al cámping del Cabo Norte, que tenía conexión wifi pero que no funcionaba. Así las cosas, estuvimos completamente desconectados del mundo hasta hoy.

Hoy os voy a contar todo lo que hemos hecho desde el viernes hasta hoy. Me va a quedar una entrada un poco larga, pero merece la pena porque hemos hecho cosas interesantísimas, amén de llegar a nuestro ansiado Cabo Norte: el final del camino. Como siempre, ilustraré con abundantes fotos todas nuestras aventuras.

VIERNES 30 DE JULIO: De Inari (Finlandia) al Cabo Norte (Noruega): El final del Camino

Esta es la ruta que hicimos ese día: nos levantamos tempranito y nos acercamos al cámping del Cabo Norte, cruzando la frontera entre Finlandia y Noruega y abandonando, por tanto, la Unión Europea.

Aquí tenéis una foto del cartel de la frontera. Tengo que decir que me sorprendió que no hubiera ninguna clase de control fronterizo; es como si hubiéramos entrado en un país de la Unión; ninguna pega. Nadie nos pidió ningún documento.

Durante el viaje Mari y Alex aprovecharon para recuperar sueño perdido:

Poco después de entrar en Noruega nos detuvimos a visitar la ciudad de Karasjok, una de las dos capitales de la cultura sami, de la que ya os había hablado. Aquí tienen su parlamento y la sede de sus instituciones. Explotan mucho turísticamente sus peculiaridades culturales. Tenían montado un museo de la cultura sami muy interesante, con las cabañas en las que vivían tradicionalmente y que todavía siguen en uso aunque de manera anecdótica:

Aquí estamos posando con una rubia sami vestida con el traje tradicional. Alejandro se volvió a enamorar:

Ya es una costumbre encontrarse renos en la carretera. De hecho, los tenemos aburridos. A estos los encontramos en la carretera que va hacia el Cabo Norte bordeando un fiordo impresionante (nuestro primer fiordo del viaje):

Y aquí tenéis a los renos en esa carretera:

Para acceder al Cabo Norte hay que pasar por un túnel de 7 kilómetros de largo bajo el mar. No tenemos ninguna foto, pero os diré que es tremendamente angosto. A F. le dio la claustrofobia. Conducir por esa carretera y cruzar ese túnel es algo con lo que llevaba soñando desde hace un año.

Cuando llegamos al cámping, nos dedicamos a… ¡¡comer!!

Luego, nos preparamos para marchar al Cabo Norte, que quedaba a 25 kilómetros de distancia. Los paisajes que hay allí son de una belleza indescriptible y como en otras ocasiones, las fotos que os pueda enseñar aquí no son más que una mínima expresión de lo que hemos visto. Seguimos disfrutando del fenómeno del día perpétuo. Las fotos que os voy a enseñar ahora están hechas de noche:

El acceso al Cabo Norte se hace después de pagar un peaje de casi 30 euros. Allí hay un complejo turístico impresionante, con un cine, una enorme tienda, un hotel, etc. Típicamente, la gente va hacia las nueve o diez de la noche y esperan pacientemente la media noche, que es cuando el sol hace amago de ponerse en el horizonte sin llegar a hacerlo, para volver a subir inmediatamente. Luego, si tienen una autocaravana, suelen quedarse a pasar la noche allí para disfrutar del día eterno.

Había cientos de coches, caravanas, autobuses… Es increíble. Además, hay una estátua muy característica frente a la que todo el mundo quiere sacarse la foto. Y allí… estábamos nosotros a la media noche en punto, como es preceptivo. TACHÁAAAAN…

La gran pena fue que ese día estaba nublado y no pudimos ver el sol. Además, hacía un frío y un viento helado del millón y tuvimos que abrigarnos como si estuviéramos en el Polo Norte. Y aquí tenéis el mapa para que veais en dónde está esto:

Aquí me tenéis haciendo el tonto:

Y el paisaje espectacular del Cabo:

SÁBADO 31 DE JULIO: Recreándonos en el Cabo Norte.

Dedicamos este día a descansar. Como la conexión wifi no funcionaba, no pude hacer el blog muy a mi pesar. Así que me dediqué a hacer fotitos por la zona.

Por la tarde nos fuimos a Svartvagen, el pueblo del cámping: última localidad antes del Cabo. Allí visitamos un bar de hielo (“Ártico”), construido enteramente de este material por unos españoles que viven aquí de marzo a septiembre para ocuparse del negocio. Estuvimos hablando con ellos un rato largo y nos contaron que salieron recientemente en el programa “Españoles por el mundo”. El bar es espectacular: es como una habitación-congelador que está a 5º bajo cero y en la que hay que entar (pagando, claro está) con un abrigo especial. Las fotos son alucinantes… En primicia, para vosotros:

¿Una copichuela en el iglú?

Detrás de la barra (de hielo, claro):

Tajándose en el bar con unos chupitos de hielo sentados en el banco de hielo frente a una mesa de hielo:

Al salir, es costumbre tirar los chupitos de hielo al mar y pedir un deseo:

Una curiosidad: hay una emisora de radio local que se llama “Cabo Norte”.

Por la noche volvimos a acercarnos al Cabo Norte para ver si había más suerte esta vez y veíamos el sol de media noche, pero todavía hizo peor tiempo que la víspera. Aquí tenéis a unos moteros viendo el espectáculo. El viaje hasta el Cabo Norte es típico de moteros. Vimos algunos españoles, pero sobre todo, alemanes, holandeses, suecos y finlandeses:

Esta vez Alejandro se animó a venir (la víspera estaba desanimado), y se hizo una foto en camiseta (hacía un frío polar que se te helaba hasta el estómago, oiga usted). Pues se hizo su fotito con la camiseta de la Selección y con la bandera:

Un paisajito del camino de vuelta de regalo. La foto está hecha a la una de la mañana. Ya nos vamos acostumbrando a esto de que no se haga de noche:

Durante este día estuvimos haciendo cuentas y descubrimos que no nos llega el tiempo para ver todo lo que habíamos previsto. Las carreteras noruegas son muy tortuosas y con frecuencia la media es de 50-60 kms por hora, de tal forma que nos va a llevar muchos días llegar al sur, que es en donde están los fiordos más bonitos.

Como no nos llegan los días, se nos ocurrió meter el coche en un ferry hasta el sur, pero al reservar tan tarde sólo nos llevaron hasta la ciudad de Tromso. Y sin comerlas ni beberlas, nos hicimos un crucerito por el norte de Noruega. Esa noche volvimos del Cabo Norte a la 1h30 y nos levantamos a las cuatro para coger el barco.

DOMINGO 1 DE AGOSTO: Del Cabo Norte a Tromso en un ferry.

Cuando reservamos el barco en el cámping, pedimos sitio para cuatro personas y un coche. Pero cuando llegamos al barco, después de una noche casi sin dormir, resulta que no nos habían reservado camarote. Así que durmimos como los gitanos, unos en el suelo (ante la mirada atónita de los demás viajeros); otros (como yo, más recatados), apoyando la cabeza contra el cristal. Fueron 18 horas de barco para salvar 250 kilómetros de tortuosas carreteras que resultaron ser 18 horas maravillosas de crucero. Aquí tenéis nuestro barquito, el Trollfjord:

Metimos el coche en la bodega y nos pusimos a dormir. Y a media mañana, hicimos una parada en Hammerfest, una pequeña ciudad del norte de Noruega:

Voy a ahorrar en fotos porque no tengo tiempo ni espacio. Sólo os enseñaré la nuestra entrando en el barco de nuevo después de visitar la ciudad:

Y ahora, unas fotitos del interior del barquito:

Los ascensores (tenía 9 cubiertas o pisos):

Otra perspectiva de los ascensores:

La cubierta exterior (y yo como un rey):

Alejandro en la misma cubierta:

Los paisajes que vimos desde el barco, ab-so-lu-ta-men-te indescriptibles. Mejor mirad las fotos:

La Mari en el jacuzzi:

Y yo no soy menos. Disfruté en el jacuzzi de una preciosa puesta de sol (falsa, porque no se llega a poner, pero bueno…) Fuera hacía mucho frío, pero dentro se estaba de vicio:

Y Alejandro, claro:

Más paisajes:

Las montañas noruegas:

Y la más bonita, para mi gusto:

Al desembarcar en Tromso, a las 23h45, nos decidimos a aprovechar el tirón y nos hicimos 300 kilómetros conduciendo (ya que hay luz diurna, qué caray). Llegamos así a las cuatro de la mañana a la localidad de Narvik, haciendo en un día (entre el barco y el coche) lo que correspondería a tres días completos. Es decir, que ganamos dos. Aquí tenéis en donde estamos ahora:

Dos noches sin dormir y hoy, el día de relax en otra cabañita en Narvik. Espero no volver a estar tres días sin hacer el blog, porque estoy hasta el gorro. Cuidaos mucho y un abrazo a todos.

Evaristo el listo.

Olof en busca de la boina perdida

Publicado: 29/07/2010 en Laponia

Hey! (“Hola” en finlandés).

Hoy nos hemos dedicado a hacer un par de rutas de senderismo. Ayer F. perdió su boina y estaba muy disgustada, así que le fuimos a preguntar al recepcionista, que se hizo el sueco. Habéis de saber que, mientras escribo estas líneas, acaba de aparecer la boina colgada en la cafetería como por arte de magia. F. está exultante.

La ruta de la mañana fue cortita pero vimos algunas cosas muy bonitas. Aquí tenéis a Mari y a F. posando en un paisaje muy potito:

Y esta es una casa preciosa que encontramos en el medio de la nada. Parece una casa de muñecas. Al lado tenía una casita más pequeña que debía de ser la sauna. En Finlandia casi todas las casas tienen sauna. En el cámping teníamos una, pero era bastante cutre y preferimos dejarla para mejor momento.

Y esta es nuestra cabaña; mucho más humilde que la primera en la que estuvimos en Sikfors (Suecia). No tiene ni cocina, ni ducha ni jacuzzi… ¡¡un escándalo!!

Cuando llegamos al cámping nos atendió un finlandés con rasgos samis, o sea, tirando a esquimal, con los ojos un tanto rasgados. Alejandro le puso el mote de “Olof” y ahora le llamamos así.

Después de comer apareció un tipo finlandés que dejó una bolsa con cosas de comida junto a las nuestras y sin darnos cuenta nos llevamos todo. No se hizo esperar y a los dos segundos lo teníamos en nuestra cabaña preguntando por su bolsa, que no encontramos. Además, hablaba un inglés muy malo y era un tipo bastante raro. Al principio pensamos que tenía algún tipo de enfermedad mental, pero después nos dimos cuenta de que sólo era un poco peculiar.

El caso es que por estos pagos abundan los tipos extravagantes… Por la noche, al llegar a la cabaña, nos encontramos con la famosa bolsa y se la vamos a dejar en recepción a Olof para que le entregue las joyas de la corona que llevaba allí: una tetera oxidada y una lata de Xjyääjumlaì, que debe de ser algo muy raro, como su propietario.

Por la tarde nos fuimos a hacer una ruta a unos 30 kilómetros: desde el cámping (A) hasta el borde de un lago muy potito (B):

Y mirad qué fotos:

Alejandro haciendo gala de una actitud humilde donde las haya, cabizbajo, avergonzado y tristón:

Fijaos qué preciosidad:

Nos volvió a salir al paso un reno, pero esta vez íbamos a pie. El tío no se cortó un pelo y, como no tenía miedo de las personas, estuvo exhibiéndose ante nosotros mientras pastaba tan ancho.

Más paisajes:

Una pequeña playita al borde del lago:

F. cubriéndose de los mosquitos. Como tiene la sangre muy dulcita, se la comen con patatas:

Hemos estado hablando con Olof acerca de unos amigos suyos que hablaban una lengua que no nos sonaba a finlandés. Le preguntamos si era sami y nos dijo que sí. A mí, que me encantan las lenguas (y si son minoritarias, más), me emocionó descubrir que soy capaz de distinguir el sami del finlandés. ¡Es precioso! Nos metemos con Maritxu diciéndole que se parece un poco al euskera y ella protesta.

En el bar tenemos un billar y las niñas han echado una partida. Casi se cargan el billar, pero no nos lo han cargado en cuenta. Alex y yo estamos con los pelos de punta. También hay una gramola, pero Olof nos cobra por elegir canción.

Esto me recuerda un poco a la Suecia profunda de la que ya os hablé: es como estar en un pueblo remoto de la América profunda. Aquí vienen al bar los pescadores de los alrededores a hablar de los salmones capturados mientras se toman unhas cuncas. Eso sí, aquí Olof te clava 2,80 euros por una botella de agua mineral que ni siquiera es gallega. La marca es Bonaqua, típica finlandesa. Estamos dudando si estará rellenada con agua del lago.

Mañana abandonamos la Unión Europea, porque, como ya sabréis, Noruega no ha querido entrar en este selecto club nuestro después de dos referendums. Los pobres no saben lo que se pierden… el petróleo los ciega. Pero ya sabéis que el dinero no hace la felicidad (aunque como dice mi tío, “pero ayuda de carallo”).

Si todo va bien, os escribiré el próximo post a 20 kilómetros escasos de nuestro destino final: el Cabo Norte, en un cámping que también tiene wifi gratuita.

Aquí nuestra ruta de mañana:

Un abrazo a todos. Hey hey!! (“Adiós” en finlandés)

Evaristo.

Renos y mosquitos

Publicado: 28/07/2010 en Laponia

Hola de nuevo. Hoy hemos llegado a un cámping en el norte de Finlandia, a unos 20 kilómetros al norte de Inari, muy cerquita de las fronteras rusa y noruega:

Antes de contaros lo que hemos hecho, quiero enseñaros una fotito de ayer que tenía Alejandro en su cámara y que por tanto no os pude enseñar antes. Se trata de la foto de grupo en el Círculo Polar Ártico. F. me pide que os cuente que hacía mucho calor; unos 30 grados. En cambio, hoy hemos bajado a los 12. Con estos cambios, nos vamos a acatarrar…

A continuación, unas fotos que nos hicimos en las paradas del viaje:

Hicimos una paradita y me llamó mucho la atención un cartelito en un WC público en medio de la nada. Cada uno que saque su propia conclusión; no lo hemos entendido bien. Es total:

La carretera que arranca hacia Murmansk, la famosa base naval soviética. Hemos estado a escasos 300 kms de allí:

Nuestra F. posando junto a una estátua de madera:

Después de ver durante muchos días señales advirtiendo de la presencia de renos, por fin nos hemos hartado de verlos. Y eso que ahora ya no había señal alguna. Hemos tenido que circular con mucha precaución porque los animales cruzan la calzada constantemente:

A lo largo del camino nos detuvimos en varias ocasiones para hacer fotografías:

En una de las ocasiones, Alejandro corrió detrás de uno de ellos y lo fotografió en plena naturaleza. Mirad qué dos fotos más bonitas hizo, entre otras muchas:

En este momento ya estamos en plena naturaleza. No sabemos cómo llamar al tipo de paisaje que hay por aquí; nos parece una especie de tundra, pero con árboles. Los paisajes son increíbles y casi no hay viviendas. El suelo es como una especie de colchón de hierba muy blandito. ¿Alguien puede informarnos?

Después de cenar nos fuimos a dar un paseo por el monte y nos comían los mosquitos literalmente. Aparte de que son enormes, son numerosísimos y atacan sin contemplaciones. Ya habíamos leído en guías que encontraríamos este problema en Laponia, pero no nos lo creíamos del todo. Alex acaba de fumigar la cabañita y no nos deja ni entrar en ella.

Mañana nos quedaremos por aquí para descansar y caminar un poco más. Y pasado, el Cabo Norte (ya en Noruega) nos espera.

¡Un abrazo!

Visita a Papá Noel

Publicado: 27/07/2010 en Laponia

Muy buenas. Hoy nos hemos quedado en Rovaniemi descansando. Aquí tenéis un mapa para situarnos, en el norte de Finlandia:

Mañana vamos a Inari, a escasos 49 kilómetros de la frontera entre Finlandia y Rusia. No nos atrevemos a entrar en Rusia con el coche por miedo a quedarnos sólo con el volante y el pedal de freno, pero nos lo hemos planteado. Aquí tenéis la ruta de mañana, mucho más cortita que las barbaridades que hemos hecho hasta ahora (unos 300 kilómetros; 4 horas):

Esperamos llegar al Cabo Norte pasado mañana por la noche. Habíamos decidido entrar ya en Noruega, pero seguiremos gastando euros en Finlandia; nos reservamos las coronas noruegas para más tarde. Ya llevamos cerca de 5000 kilómetros, pero después de las palizas de Francia y Alemania ya estamos un poquito más descansados.

Rovaniemi es la primera ciudad de Laponia, una región dividida entre Noruega, Suecia y Finlandia con un estatus especial (como una especie de Comunidad Autónoma), con su propia lengua, cultura y legislación. Es el país de los Sami o lapones, aunque este último nombre no les gusta porque parece que tiene connotaciones peyorativas.

Tradicionalmente, Rovaniemi fue una ciudad de paso entre el sur y Laponia; una especie de puerta de entrada a las tierras del norte a donde se acercaban comerciantes, feirantes y campesinos que vendían sus productos en un gran mercado.

Hoy estuvimos en el museo Arktikum (podéis teclearlo en Google) de Rovaniemi. Os lo recomiendo: se trata de un museo antropológico sobre los Sami y las tierras árticas. Verdaderamente sensacional:

También fuimos a visitar el tinglao que se tienen montado los finlandeses en el Círculo Polar Ártico. Justo por donde pasa, hicieron una especie de parque de atracciones para sacarle la pasta al turista.

Allí tuvimos la oportunidad de visitar al mismísimo Papá Noel, a quien le entregué personalmente una carta que me dio mi amiga Aïnhoa para que se la llevara (con algún anhelo u objetivo importante, tal vez). Mañana os enseñaré la foto dándole la carta (me quedó en el coche).

Además, nos hicimos una foto de grupo con él, previo pago de 25 euros por la fotito. Se reía como el de verdad (ho ho ho ho). Además, nos preguntó de dónde éramos. La de Bilbao dijo “Basque Country” y él dijo: “Independence!!”. Yo le dije: “Galicia, Spain” y me dijo “Hola”. No sabíamos que Papá Noel hablase idiomas tan bien… Se ve que fue a la EOI de Ferrol…

Aquí estamos haciendo el payaso:

Y aquí tenéis la entrada al complejo:

La línea del Círculo Polar Ártico, recién cruzada:

En el tinglao este nos encontramos con un matrimonio de Barcelona y sus dos niños que venían desde España con una furgoneta de lo más guay. Y también con una excursión de españoles. Allí donde ponía “prohibido hacer fotos” era donde estaban todos los españoles haciendo fotos a porrillo. Hablamos un rato con el conductor del autobús, que nos dijo que era de Huelva y que todos los años subía con el bus desde Andalucía y se pasaba tres meses paseando por Suecia, Noruega y Finlandia excursiones de españoles. Nos dijo que nos preparásemos para las carreteras noruegas… de lo más bonito pero también desesperante (muchas curvas y montañas).

Después nos fuimos a la piscina. Yo no sabía si nuestro bañador tipo “short” valía y le pregunté en inglés a un tío que no me entendía nada. Le volví a preguntar con otras palabras y me dijo que sí como a los locos. Entonces, me volví a Alejandro y le dije en español: “Este cabroncete nos dice que sí como a los locos pero no tiene ni p. idea de lo que le estoy preguntando”. En eso va el tío, se da la vuelta y me dice: “Ah, pero zoiz epañoleee… ¡¡Haber empesao por ahí!!” Eu non sabía onde meter a cabeza… Vai haber que falar en bretón…

Y de vuelta a Rovaniemi, una suculenta cena:

Hoy me ha quedado un post tipo “tabloid”, bastante anecdótico. Os prometo que os hablaré más de mis sensaciones. Y os enseñaré mi foto personal con Papá Noel dándole la carta de Aïnhoa.

Un abrazo a todos.

De vuelta al euro

Publicado: 26/07/2010 en Laponia

¡Hola! Tal y como habíamos planeado, hoy abandonamos Suecia para entrar en Finlandia. Hemos parado en un supermercado de camino antes de cruzar la frontera para gastar todas las coronas suecas. El tema de la moneda es un rollo en un viaje como este: en Francia, Bélgica, Holanda, Alemania y Finlandia usan el euro. Pero en Dinamarca usan la corona danesa, en Suecia la corona sueca y en Noruega, la corona noruega.

Así que el lío que tuvimos al hacer las cuentas es monumental. Después de una semana jugando al Monopoly, hoy hemos vuelto a usar euros… ¡una delicia! ¡Bendita moneda! (digo yo). En Copenhague le dije esto mismo a un danés y me contestó algo así como: “déjanos estar con nuestra corona danesa”.

Me reafirmo en la opinión de que los suecos son un poco suecos. En el súper pagué con todas las moneditas que me sobraban y le dije a la cajera con humor que era porque nos íbamos de Suecia. Ella, con ironía, me dijo: “pues podíais ir a gastarlas a un café”. No son los tipos más simpáticos del mundo, definitivamente… Esa chica debería irse a Copenhague…

Como os dije, en esta parte de Suecia hay mucha afición por los coches antiguos. Ya os había enseñado alguna foto. Aquí tengo más:

Además, se nota que en invierno no hay luz del día en ningún momento porque muchos coches llevan instaladas unas luces especiales en la parte frontal:

Ahora os enseño las fotos de nuestra entrada triunfal en Finlandia:

Una parada de autobús finlandesa:

Y nos fuimos de cena:

Mi rica cena:

Por estos pagos deben de estar de moda las sandalias con calcetines porque hasta los ponen así en las tiendas:

Estamos cada vez más al norte y por lo tanto, es cada vez más acusado el fenómeno de la luz del día. Nos dimos un paseíto hacia las doce de la noche y parecían las ocho de la tarde. Al pasar junto a unas casas tuvimos que bajar el nivel de voz, porque nos dimos cuenta de que la gente estaría durmiendo. Pero claro… ¡¡como es de día!! No tienes la sensación de que sea tan tarde. Mirad, mirad; espectacular:

Mirad el reloj: las 00h27 de la noche y parecen las ocho de la tarde:

Hyvää huomenta! (“Hasta la próxima” en finlandés)

Aburiño!!