Arquivo para 29/07/2010

Olof en busca de la boina perdida

Publicado: 29/07/2010 en Laponia

Hey! (“Hola” en finlandés).

Hoy nos hemos dedicado a hacer un par de rutas de senderismo. Ayer F. perdió su boina y estaba muy disgustada, así que le fuimos a preguntar al recepcionista, que se hizo el sueco. Habéis de saber que, mientras escribo estas líneas, acaba de aparecer la boina colgada en la cafetería como por arte de magia. F. está exultante.

La ruta de la mañana fue cortita pero vimos algunas cosas muy bonitas. Aquí tenéis a Mari y a F. posando en un paisaje muy potito:

Y esta es una casa preciosa que encontramos en el medio de la nada. Parece una casa de muñecas. Al lado tenía una casita más pequeña que debía de ser la sauna. En Finlandia casi todas las casas tienen sauna. En el cámping teníamos una, pero era bastante cutre y preferimos dejarla para mejor momento.

Y esta es nuestra cabaña; mucho más humilde que la primera en la que estuvimos en Sikfors (Suecia). No tiene ni cocina, ni ducha ni jacuzzi… ¡¡un escándalo!!

Cuando llegamos al cámping nos atendió un finlandés con rasgos samis, o sea, tirando a esquimal, con los ojos un tanto rasgados. Alejandro le puso el mote de “Olof” y ahora le llamamos así.

Después de comer apareció un tipo finlandés que dejó una bolsa con cosas de comida junto a las nuestras y sin darnos cuenta nos llevamos todo. No se hizo esperar y a los dos segundos lo teníamos en nuestra cabaña preguntando por su bolsa, que no encontramos. Además, hablaba un inglés muy malo y era un tipo bastante raro. Al principio pensamos que tenía algún tipo de enfermedad mental, pero después nos dimos cuenta de que sólo era un poco peculiar.

El caso es que por estos pagos abundan los tipos extravagantes… Por la noche, al llegar a la cabaña, nos encontramos con la famosa bolsa y se la vamos a dejar en recepción a Olof para que le entregue las joyas de la corona que llevaba allí: una tetera oxidada y una lata de Xjyääjumlaì, que debe de ser algo muy raro, como su propietario.

Por la tarde nos fuimos a hacer una ruta a unos 30 kilómetros: desde el cámping (A) hasta el borde de un lago muy potito (B):

Y mirad qué fotos:

Alejandro haciendo gala de una actitud humilde donde las haya, cabizbajo, avergonzado y tristón:

Fijaos qué preciosidad:

Nos volvió a salir al paso un reno, pero esta vez íbamos a pie. El tío no se cortó un pelo y, como no tenía miedo de las personas, estuvo exhibiéndose ante nosotros mientras pastaba tan ancho.

Más paisajes:

Una pequeña playita al borde del lago:

F. cubriéndose de los mosquitos. Como tiene la sangre muy dulcita, se la comen con patatas:

Hemos estado hablando con Olof acerca de unos amigos suyos que hablaban una lengua que no nos sonaba a finlandés. Le preguntamos si era sami y nos dijo que sí. A mí, que me encantan las lenguas (y si son minoritarias, más), me emocionó descubrir que soy capaz de distinguir el sami del finlandés. ¡Es precioso! Nos metemos con Maritxu diciéndole que se parece un poco al euskera y ella protesta.

En el bar tenemos un billar y las niñas han echado una partida. Casi se cargan el billar, pero no nos lo han cargado en cuenta. Alex y yo estamos con los pelos de punta. También hay una gramola, pero Olof nos cobra por elegir canción.

Esto me recuerda un poco a la Suecia profunda de la que ya os hablé: es como estar en un pueblo remoto de la América profunda. Aquí vienen al bar los pescadores de los alrededores a hablar de los salmones capturados mientras se toman unhas cuncas. Eso sí, aquí Olof te clava 2,80 euros por una botella de agua mineral que ni siquiera es gallega. La marca es Bonaqua, típica finlandesa. Estamos dudando si estará rellenada con agua del lago.

Mañana abandonamos la Unión Europea, porque, como ya sabréis, Noruega no ha querido entrar en este selecto club nuestro después de dos referendums. Los pobres no saben lo que se pierden… el petróleo los ciega. Pero ya sabéis que el dinero no hace la felicidad (aunque como dice mi tío, “pero ayuda de carallo”).

Si todo va bien, os escribiré el próximo post a 20 kilómetros escasos de nuestro destino final: el Cabo Norte, en un cámping que también tiene wifi gratuita.

Aquí nuestra ruta de mañana:

Un abrazo a todos. Hey hey!! (“Adiós” en finlandés)

Evaristo.